domingo, 11 de septiembre de 2011

- Tan dulce como la azúcar o tan amargo como el café.


Pasadas unas horas no estábamos nada ebrios, y digo nada porque sinceramente no habíamos consumido demasiado sólo bastaron aquellas únicas bebidas y hasta eso no nos las terminamos, creo que eso de estar en rehabilitación propia nos estaba funcionando, al menos yo, ya casi no tomaba por eso de que Sakura estaba hecha una loca cuando llegaba oliendo a alcohol y no me convenía enojarme con ella por una pendejada como esa.

—Bueno— dijo Eriol casi en brindis —Es hora de irnos— levanto su diminuto vaso y luego le dio un gran sorbo, poco después nos levantamos y nos dirigimos a la camioneta de Kamui, ciertamente ocupar el auto de Eriol era algo que ya no se podía hacer dado que ahora lo tenía Tomoyo por emergencias.

—Manejo yo— dijo Eriol —Kamui al volante…

—Peligro constante— terminamos todos aquella frase y es que Kamui una vez ocupo el auto de Yamasaki y le destruyó la defensa por completo y estaba sobrio que era lo peor y peor más porque estaba coqueteando con Kotori.

Las risas y las bromas no se hicieron de esperar mientras estábamos camino a casa, la carretera era amplia y si bien faltaba mucho para llegar a Tomoeda estando en Tokio, pero bueno, mañana hay escuela y son exámenes así que no nos convenía faltar.

—Apaga las luces— dijo Yamasaki mientras notábamos que no había nadie en la carretera, ni un alma, ni un auto ni nada, estábamos completamente solos y viéndolo de esa forma era mejor.

—Nos pueden multar— corrigió Eriol mientras ponía el parabrisas ya que la lluvia empezó de manera muy brusca acompañada de viento, lo bueno fue que salimos del lugar a tiempo sino estaríamos completamente empapados y más aparte nos enfermaríamos.

Pero entonces… una luz… grande… entre blanco y amarillo… el chirrido de las llantas… la lluvia que estaba a todo lo que daba, la velocidad del auto, las risas de nosotros, aquella peligrosa curva que nosotros estábamos ignorando… y entonces…

Lo único y ultimo que sentí fue que mi cuerpo y mi cabeza daban vueltas y vueltas, el paisaje estaba cambiando y era como si mil agujas se incrustaran en mi cuerpo, las nauseas no se iban y aquella luz aun estaba dándonos de golpe en el rostro, era extraño que después de tanto ruido las cosas se calmaran así sin más… es sencillamente claro que nuestro cuerpo se había desprendido de nosotros para no volver jamás, pero los llantos de las personas se estaban desvaneciendo… la oscuridad se volvía amiga mía y me está invitando a ser acompañado con ella, podía la oscuridad y el dolor decirme que me arrojara a un pozo y yo estúpidamente preguntaría ¿qué tan hondo?

No podía creer como las cosas de la vida daban un gran giro cuando se es tan joven, pero el agua, la lluvia, estaba inundándonos cada vez más porque las vueltas… porque aquellos giros que me hacían sentir completamente indefenso no terminaban…

Y no lo harían nunca.

¿Por qué la vida tiene que funcionar de esta manera tan extraña?

¿Por qué cada una de las cosas que hacemos regresan a nosotros tal cual un bumerang que lanzas lejos y aun así no tarda en volver?

La verdad es que no entiendo porque cuando pensamos que una herida esta cerrada después de un tiempo una navaja de doble filo te corta y la herida sangre nuevamente…

— ¡Eriol cuidado!

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

— ¡Nunca me llamaste!— gritó dejando que sus lagrimas fueran a la par con la lluvia que bañaba su rostro el cual estaba pálido por no decir blanco—, ¡nunca contestaste a mis llamadas, yo te estaba esperando… tenía la esperanza de que me buscarías!

No dije nada, no pude hacerlo.

¿Acaso no ya había cargado con demasiadas culpas como para tener una más?

Suspire sin dejar de mirarla, su rostro, sus ojos exigían una respuesta aunque me tardara mil años en contestarla.

— ¡Te amaba!— gritó aun más fuerte.

Pero las palabras no querían, no podían salir de mi boca.

— ¡Te espere por dos años y tu no llegabas… todos volvieron menos tú y ahora ya no podemos estar juntos!

Gritó desesperadamente, se había quebrado al igual que yo.

—Te llame — dije calmado acercándome lo suficiente para no hablarnos a gritos —, iba a regresar pero tú ya estabas con él. Sobaru llamaba a mi casa diciendo que su novia estaba preguntando por mí porque se iban a casar.

Ella puso cara de no entender. Trataba de hablar pero tampoco podía.

—Me arrepiento de lo que dije pero no sabías como me sentía por la muerte de Eriol; para mí no había terminado, nunca terminó lo nuestro para mí…

— ¡No mientas!— gritó empujándome —, ¡me la pase meses llorando por tu ausencia y tu…!

—También sufría — complete lo que estaba diciendo —, lloraba cada noche sin dormir por ti… — y creo que me quebré porque mis ojos estaba húmedos y no era por la lluvia.

Había pasado demasiado tiempo escondiendo mis emociones para que otra vez ella derrumbara eso que me costaba crear.

No había llorado en mucho tiempo y ahora otra vez estaba haciéndolo.

—Pensé que si Sobaru te hacia feliz, más de lo que yo jamás pude hacerlo podía vivir sabiendo que estabas bien y que te trataban como te merecías, no quise saber de ti y entonces estas aquí.

— ¿Me buscaste?

—Sí — dije firme —, no había terminado. Y si tu quieres no tiene que terminar.




-----------------------------------------------------------------------------------------


La verdad ya no sé cuantas veces eh leído ya esta historia pero cada vez que lo hago es como si fuera la primera ,sufro minuto a minuto todo lo que relata como si nunca jamas lo hubiera leído y siempre termino con un mensaje nuevo , una reflexión que me permite decir que debo valorar mas mi vida .


http://www.fanfiction.net/s/4938962/18/Crecer_Correr_y_Tropezar

No hay comentarios:

Publicar un comentario