sábado, 18 de septiembre de 2010

MI LINDO Y EXTRAÑO COMPAÑERO DE PISO

-¿Por qué siempre tienes que ser tu a quien yo deba rescatar?-preguntó y luego soltó un suspiro.

-Porque eres el único que soporta el desastre de mujer que soy.-respondí. No sé de donde saqué esas palabras…

Escuché una pequeña risita por parte de él.

Llevé una mano a su nuca, acariciando su cabello con la otra.

-En realidad me asustaste. Tienes la habilidad de meterte en muchos problemas, pero este fue el peor.

-Perdón por ser tan tonta…Pero…-me detuve por un segundo…-no creo que eso halla sido lo peor que he hecho.

No me contestó al instante, quizás comprendió lo que quise decir.

-¿Por qué te pusiste en riesgo? ¿En qué rayos estabas pensando?-dijo algo enojado.

¿Qué le iba a decir? ¿Qué lo hice porque me sentía la persona más tonta del mundo?

-Yo…simplemente…yo…lo siento.

Comencé a llorar.

Me soltó y me miró con expresión dulce.

-Eres una llorona.-dijo algo burlón.

-Pues ya ves...siempre se me ha dado el llorar mucho.-me quejé sin poder detener las lágrimas.

-A este paso te vas a quedar sin lágrimas.

Todos mis sentimientos se estaban acumulando al punto de no contenerme.

-P-perdón …por ser tan débil…

Apenas lo podía ver, las lágrimas nublaban mi vista.

Sonrió de medio lado.

Se acercó hasta que su nariz perfecta rozó la mía.

Entonces dijo las palabras más hermosas después de un Te amo.

-Perdón por ser un idiota cuando mi corazón estaba soltando a gritos que te quería cerca.

Desde ese día odié llorar frente a él pues ni siquiera podía ver bien su rostro en un momento que él lo era todo para mi.

No esperé a que él hiciera algún movimiento. Acerqué mis labios a los suyos y lo besé.



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